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La OPAQ informa

«Los precursores de armas químicas restantes de Libia llegan, de forma segura, a la instalación alemana para su destrucción»

Noticia publicada por la OPAQ el jueves, 8 de septiembre de 2016 en su página web: https://www.OPCW.org/news/article/libyas-Remaining-Chemical-Weapon-Precursors-arrive-Safely-and-securely-at-German-Facility-for-Destruction/

 

El Director General de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), el Embajador Ahmet Üzümcü anunció la culminación con éxito de la operación de transporte marítimo multinacional liderada por Dinamarca para llevar a Alemania los precursores de armas químicas restantes de Libia, que marca el comienzo de la operación para destruir estos productos químicos bajo verificación de la OPAQ.

El Embajador Ahmet Üzümcü declaró: «ha habido un paso crucial hacia la eliminación los precursores de armas químicas restantes de Libia. Los productos químicos llegaron de forma segura a las instalaciones especializadas de destrucción en Munster. Agradezco a Alemania su liderazgo y contribuciones, que son indispensables para la conclusión con éxito de esta operación».

Las actividades de verificación y la destrucción representan la última fase de la operación internacional en respuesta a la petición de Libia de asistencia para completar su obligación de destruir los elementos restantes de su antiguo programa de armas químicas. Los materiales químicos se destruirán en la instalación especializada de destrucción de alta capacidad de GEKA en Munster, Alemania. Las actividades de verificación de la OPAQ ya han comenzado y continuarán hasta que todos los materiales se hayan destruido. La OPAQ ha estado facilitando y coordinando los esfuerzos de los países contribuyentes para eliminar, transportar y destruir de manera verificable los remanentes del programa de armas químicas de Libia, de la manera más segura, pronta y sin peligro. La solicitud fue aprobada por el Consejo Ejecutivo de la OPAQ y aprobada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en julio de 2016.

Estos precursores de armas químicas no han sido transformados en armas y ahora ya nadie podrá hacerlo. Esto se debe a la generosa y rápida respuesta de muchos países como Canadá, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Italia, Malta, España, Reino Unido y Estados Unidos, en un trabajo conjunto

 

Antecedentes:

El 3 de febrero de 2016, Libia pidió a la OPAQ y la comunidad internacional ayuda para destruir sus armas químicas restantes de categoría 2 y el 16 de julio de 2016 el Gobierno de Acuerdo Nacional Libio pidió apoyo y ayuda para el transporte y eliminación de estos precursores de armas químicas tan pronto como fuera posible. Esta solicitud vino precipitada por la preocupante situación actual de seguridad que impiden la destrucción en Libia y supone un riesgo de estas sustancias químicas caigan en manos de actores no estatales.

El 20 de julio de 2016, el Consejo Ejecutivo de la OPAQ aprobó la solicitud Libia de ayuda y solicitó al Director General que ayudase a Libia en el desarrollo de un plan para la destrucción de los productos químicos, y el 22 de julio de 2016, la Resolución 2298 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas respaldó decisión del Consejo Ejecutivo de prestar asistencia para hacerse cargo y transportar estos productos químicos para su destrucción fuera de Libia.

La comunidad internacional respondió inmediatamente para asegurar que los productos químicos fueran destruidos de manera ambientalmente segura, pronta y verificable. Libia se responsabilizó de llevar a cabo el transporte y almacenamiento seguros de los productos químicos para su recogida en el puerto libio de Misrata. Las contribuciones de otros países incluyen:

  • Dinamarca dirigió la operación multinacional de transporte marítimo, que incluia el apoyo de Finlandia, Francia, Italia, España y el Reino Unido para transportar los productos químicos desde el puerto libio de Misrata al puerto de Bremen, en Alemania;
  • Alemania ha proporcionado una instalación especializada de destrucción donde los productos químicos serán destruidos de manera verificable y ayuda económica;
  • Canadá ha proporcionado equipo esencial y materiales necesarios para la eliminación de las sustancias químicas de Libia, así como ayuda económica;
  • Italia y Malta ayudaron con el transporte de las muestras químicas para su análisis, necesario para facilitar la eliminación de los productos químicos; Italia proporcionó recursos marítimos adicionales para la operación de transporte marítimo;
  • El Reino Unido llevó a cabo la toma de muestras y análisis de los productos químicos y proporcionó recursos marítimos para la operación de transporte marítimo así como ayuda económica;
  • Finlandia proporcionó personal experto en CBRN y ayuda económica;
  • Francia facilitó el despacho de aduanas en el puerto de Marsella, así como en vuelos aéreos con Bélgica, Italia, Holanda y el Reino Unido;
  • España contribuyó con dos patrulleras del Ejército Español (Armada Española) para escoltar al buque danés a través de las aguas territoriales de España;
  • Estados Unidos ha aportado ayuda económica significativa y esencial; y
  • La Unión Europea ha expresado su deseo de proporcionar fondos para la limpieza del sitio de almacenamiento en Libia donde se ubicaron los productos químicos.

La compleja destrucción de las armas químicas de Libia

Análisis GESI, 18/2016

http://seguridadinternacional.es/?q=es/content/la-compleja-destrucci%C3%B3n-de-las-armas-qu%C3%ADmicas-de-libia

Resumen: Libia se adhirió a la Convención para la Prohibición de Armas Químicas en el año 2004, declarando poseer cerca de 25 toneladas de iperita y unas 1.400 toneladas de precursores de agentes neurotóxicos y vesicantes.

Doce años después, Libia aún no ha finalizado la destrucción de este armamento tal y como establece la Convención. Problemas técnicos en las instalaciones de destrucción, dificultades económicas, así como una guerra civil que ha sumergido al país en el caos, son algunos de los motivos que han llevado a esta situación.

En julio de este año, el Consejo Ejecutivo de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas y el Consejo de Seguridad de la ONU autorizaban que las armas químicas pendientes de destruir saliesen de territorio libio con el fin de ser destruidas en otro Estado Parte. Esta medida extraordinaria se adoptó debido a la actual situación de inestabilidad en Libia y por el riesgo de que actores no estatales puedan acceder a este armamento.

Por Rene Pita y Juan Domingo

Libia como Siria, no sienta precedente para el futuro

El 27 de julio de 2016, el Consejo Ejecutivo (EC), en su 52 reunión, decidió que «las armas químicas de la categoría 2 restantes se retiren de Libia con fines de destrucción fuera de su territorio en el tiempo más breve posible y no más tarde del 8 de septiembre de 2016» (EC-M-52/DEC.1, de fecha 20 de julio de 2016 y EC-M-52/DEC.2, de fecha 27 de julio de 2016).1

El 27 de agosto de 2016, comenzaron las operaciones de retirada, que concluyeron con éxito ese mismo día, de 23 tanques (cerca de 500 toneladas métricas) de armas químicas de la categoría 2 de Libia. El buque danés Ark Futura está transportando las sustancias químicas a su destino final, probablemente al puerto de Hamburgo, en Alemania, acompañado por una unidad de reacción encargada de la gestión de las consecuencias aportada por Dinamarca y sendos navíos de escolta proporcionados por España y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.

Recordemos que Libia había declarado 26,345 toneladas de gas mostaza o iperita (armas químicas de la categoría 1) cuya destrucción concluía el 2 de mayo de 2014, y que mucho antes, el 3 de marzo de 2004, había concluido la destrucción de todo su arsenal de armas químicas de categoría 3 (3563 bombas de aviación vacías). Con respecto a sus armas químicas de categoría 2 Libia había declarado aproximadamente 1402 tm, de las cuales había podido destruir unas 689 tm (el 50,85 % de sus armas químicas de la categoría 2) antes de que la situación se complicase.2

Destruidos los alcoholes isopropílico y pinacolílico, el 24 de mayo de 2016, Libia informaba a la Secretaría que había transvasado las sustancias químicas de la categoría 2 restantes (2-cloroetanol, tricloruro de fósforo, cloruro de tionilo y tributilamina)  a contenedores ISO, recientemente adquiridos, como parte de los preparativos para su retirada y destrucción. Durante las operaciones de transvase, se observó que varios de los contenedores, que estaban dañados o corroídos, presentaban fugas y no contenían las cantidades declaradas, de modo que tras enmendar su declaración el arsenal Libio a destruir fuera de su territorio consistía en aproximadamente 18,045 tm de 2-cloroetanol, 238,665 tm de tributilamina, 138,770 tm de tricloruro de fósforo y 100,833 tm de cloruro de tionilo, un total de unas 496,303 tm almacenadas en 23 en contenedores ISO en perfecto estado, precintados por la OPAQ (Organización para la Prohibición de las Armas Químicas).2

apinacolílico tributilamina PCl3 cloruro tionilo
2-cloroetanol Tributilamina Tricloruro de fósforo Cloruro de tionilo

Armas químicas de la categoría 2 restantes, a destruir fuera de Libia

 

La destrucción fuera de Libia3

Alemania es el Estado Parte que se hará cargo de la destrucción de las armas químicas de la categoría 2 restantes de Libia, en las instalaciones de la empresa GEKA en Munster.

Está previsto llevar a cabo el proceso de destrucción en cuatro fases que pueden ser concurrentes:

fase I – destrucción del 2-cloroetanol (CH2ClCH2OH)

fase II – destrucción de la tributilamina (N(CH2CH2CH2CH3)3)

fase III – destrucción del tricloruro de fósforo (PCl3)

fase IV – destrucción del cloruro de tionilo (SOCl2)

El 2-cloroetanol será destruido por descomposición térmica en la planta de incineración «Munster-1», mientras que la tributilamina será destruida también por descomposición térmica, pero en la planta de incineración «Munster-2», que emplea un horno de combustión con tecnología de arco de plasma.

El incinerador opera a una temperatura de combustión de 800-1000 °C y se complementa con una unidad catalítica de oxidación. Bajo estas condiciones el 2-cloroetanol produce CO2 , H2O y HCl, de modo que al final se genera un residuo acuoso no-peligroso de cloruro sódico:

CH2ClCH2OH + 3½ O2 → 2 CO2 + 2 H2O + HCl    ΔcH0líquido = -1191,41 kJ/mol4

Para asegurar la destrucción completa de todos los compuestos relevantes y el cumplimiento de todos los requisitos legales medioambientales, se coloca después del incinerador una unidad térmica de postcombustión.

La tributilamina será destruida por descomposición térmica  empleando un horno de combustión con tecnología de arco de plasma y una unidad «denox» para tratamiento de los gases resultantes (la unidad «denox» reemplaza la necesidad de una unidad catalítica de oxidación), de modo que los productos finales de reacción consisten en CO2 , H2O y N2:

2 N(CH2CH2CH2CH3)3 + 37½ O2 → 24 CO2 + 27 H2O + N2  ΔcH0líquido = -8299,2 kJ/mol5

En un proceso «denox» (reducción catalítica selectiva, SCR) se introduce amoníaco en el reactor, en forma de mezcla NH3/aire para promover la reducción de los óxidos de nitrógeno cuando los gases entran en contacto con el catalizador6:

4 NO + 4 NH3 + O2 → 4 N2 + 6 H2O

6 NO2 + 8 NH3 → 7 N2 + 12 H2O

Los gases calientes se enfrían hasta una temperatura de unos 70 °C y se hacen pasar a través de depuradores ácidos y caústicos, así como por un precipitador electrostático y un filtro de carbón activo.

El tricloruro de fósforo (PCl3) y cloruro de tionilo (SOCl2) serán neutralizados mediante hidrólisis alcalina, y los hidrolizados sufrirán después el consiguiente proceso de destrucción (probablemente incineración, como sucedió con el hidrolizado de la iperita siria).

Debido al carácter exotérmico de todo el  proceso, se requiere una apropiada refrigeración y un buen control de la temperatura en el reactor. El PCl3 y el SOCl2 se adicionan lentamente al reactor, que se alimenta también con H2O y NaOH, y la mezcla se agita vigorosamente y se refrigera hasta completar la hidrólisis.

Completada la hidrólisis el hidrolizado se ajusta a pH=7 mediante la adición de NaOH o de HCl, y si fuese necesario, se añade peróxido de hidrógeno (H2O2) para asegurar una oxidación completa.

El PCl3 reacciona rápida y exotérmicamente con agua para formar ácido fosforoso, H3PO3 y ácido clorhídrico, HCl, y la reacción con hidróxido sódico genera las correspondientes sales sódicas. Todo indica que en condiciones estequiométricas o en un exceso de agua, se generan tres moles de ácido clorhídrico y un mol de ácido fosforoso por cada mol de tricloruro de fósforo, con un calor de reacción de -289,2 kJ/mol considerando la formación de HCl en medio acuoso (el HCl tiene un elevado calor de disolución en agua)7:

PCl3 + 3 H2O → H3PO3 + 3 HCl

H3PO3 + 3 HCl  + 6 NaOH → Na3PO3 + 3 NaCl + 6 H2O

El cloruro de tionilo reacciona con agua para formar dióxido de azufre y ácido clorhídrico, en una reacción también fuertemente exotérmica, y la reacción con hidróxido sódico genera las correspondientes sales sódicas:

SOCl2 + H2O → 2 HCl + SO2

SO2 + H2O2 → H2SO4

2 HCl + H2SO4 + 4 NaOH → 2 NaCl + Na2SO4+ 4 H2O

Una vez vacíos los contenedores ISO serán descontaminados y sometidos a una limpieza especial con un triple enjuagado (agua caliente y detergentes) para asegurar así la ausencia de cualquier contaminante residual.

 

Referencias

  1. «Destruction of Libya’s remaining chemical weapons», OPCW, EC-M-52/DEC.1, de fecha 20 de julio de 2016, https://www.opcw.org/fileadmin/OPCW/EC/M-52/en/ecm52dec01_e_.pdf
  2. «Libia quiere lo mismo que Siria», J.Domingo, https://cbrn.es/?p=664
  3. «Arrangement between the Organisation for the Prohibition of Chemical Weapons and the Government of Germany governing on-site inspections at the Gesellschaft zur Entsorgung von chemischen Kampfstoffen und rüstungsaltlasten MBH (GEKA MBH) Munster, and at the port of disembarkation in Germany»EC-M-53/DEC.2, de 26 de agosto de 2016, https://www.opcw.org/fileadmin/OPCW/EC/M-53/en/ecm53dec02_e_.pdf
  4. Popoff, M.M.; Schirokich, P.K., Ein Calorimeter zum Verbrennen von Chlor- und Bromderivaten, Z. Phys. Chem. (Leipzig), 1933, 167, 183-187
  5. Lebedeva, N.D., Heats of combustion and formation of aliphatic tertiary amine homologues, Russ. J. Phys. Chem. (Engl. Transl.), 1966, 40, 1465-1467
  6. «DENOX – flue gas denitrification», http://www.idreco.com/uk_denox.asp
  7. A detailed reaction study of phosphorus trichloride and water, G.A. Melhem &D.Reid, Process Safety Progress 17(1):49 – 60Spring 1998

Libia quiere lo mismo que Siria

El 23 de septiembre de 2014 la agencia Reuters informaba que Jamahiriya Árabe Libia (Libia) había pedido a la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ)  la elaboración de un plan para enviar unas 850 toneladas de productos químicos al extranjero ya que a causa de la situación de conflicto que vive el país no puede garantizar la seguridad de los mismos. El transporte de estas armas químicas fuera del territorio libio para su destrucción, tal y como se ha hecho en el caso sirio parece ser la opción más viable para mantenerlas fuera del alcance de las manos de grupos combatientes.1

Libia entregó su instrumento de ratificación de la CAQ el 6 de enero de 2004, y 30 días después, el 5 de febrero de 2004, la CAQ entraba en vigor para Libia. En su momento Libia declaró estar en posesión de armas químicas, en concreto, 26 toneladas de iperita (también conocida como «gas mostaza»), 1390 toneladas de precursores de armas químicas, 3563 bombas de aviación sin carga y 3 instalaciones de producción de armas químicas1 (más o menos lo mismo que Siria: 22,5 toneladas de iperita, 1300 toneladas de precursores de armas químicas, unas 1100 bombas de aviación y 100 cabezas de misil sin carga y 27 instalaciones de producción de armas químicas).

LA CAQ en su artículo I, párrafos 2 y 4, establece que cada Estado Parte se compromete a destruir las armas químicas y toda instalación de producción de armas químicas de que tenga propiedad o posesión o que se encuentren en cualquier lugar bajo su jurisdicción o control, de conformidad con las disposiciones de la CAQ2.

También establece en su artículo I, párrafo 1, apartado a), que cada Estado Parte en la CAQ se compromete, cualesquiera que sean las circunstancias, a no desarrollar, producir, adquirir de otro modo, almacenar o conservar armas químicas ni a transferir esas armas a nadie, directa o indirectamente, es decir que la destrucción la debería realizar el propio Estado Parte en su propio territorio2.

En el caso sirio, al amparo de la resolución 2118 (2013) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y de la decisión EC-M-33/DEC.1 del Consejo Ejecutivo de la OPAQ, ambas de fecha 27 de septiembre de 2013 se hizo una excepción y las sustancias químicas declaradas, a excepción del isopropanol, se destruyeron fuera del territorio sirio con la ayuda ofrecida por varios Estados Parte. La OPAQ siempre ha indicado que esto se hacía «… en virtud del carácter extraordinario de la situación que plantean las armas químicas sirias y no crea precedente alguno para el futuro.»3

Pero el futuro siempre llega, y la historia se repite de nuevo. Teniendo en consideración la decisión del Consejo Ejecutivo de la OPAQ, EC-M-52/DEC.14, de fecha 20 de julio de 2016, acerca de la destrucción de las armas químicas restantes de Libia, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó la resolución 2298 (2016), de fecha 22 de julio de 2016, en la que entre otras cosas, se autoriza a los Estados Miembros de las Naciones Unidas a «adquirir, controlar, transportar, transferir y destruir las armas químicas que el Director General de la OPAQ determine, en consonancia con el objetivo de la Convención sobre las Armas Químicas, a fin de asegurar la eliminación del arsenal de armas químicas de Libia cuanto antes y de la manera más segura». Unos días después Consejo Ejecutivo de la OPAQ en su documento EC-M-52/DEC.2, de fecha 27 de julio de 2016, aprobaba los requisitos detallados para la destrucción de las armas químicas de la categoría 2 restantes de Libia.

La OPAQ reconoce de nuevo que esta decisión «se debe al carácter extraordinario de la situación planteada por las armas químicas de la categoría 2 restantes libias y no sienta ningún precedente para el futuro».4

 

El arsenal químico libio

El 5 de febrero de 2004, la CAQ entraba en vigor para Libia y el 20 de febrero de 2004, las autoridades libias presentaban a la OPAQ una declaración inicial parcial de sus arsenales de armas químicas: aproximadamente 23 toneladas de gas mostaza (iperita), así como más de 1300 toneladas de precursores químicos. Además declaraba una planta inactiva de producción de armas químicas, así como dos instalaciones de almacenamiento de armas químicas5,6. Al mismo tiempo indicaba su intención de comenzar el 27 de febrero de 2004 la destrucción de más de 3300 bombas vacías, conforme al régimen de verificación de la OPAQ y de acuerdo con un plan detallado para la verificación de destrucción de estas armas.7

El 5 de marzo de 2004, Libia completaba su declaración inicial e iniciaba el desarrollo de los planes para la destrucción en Libia de todas las armas químicas restantes e instalaciones conexas.7

El 26 de marzo de 2004, el Director General informaba al Consejo Ejecutivo, EC-36/DG.20, que en virtud del plan detallado convenido para la verificación de la destrucción de las armas químicas de la categoría 3 (EC-36/S/6, de fecha 24 de febrero de 2004), la Jamahiriya Árabe Libia había concluido, a fecha de 3 de marzo de 2004, la destrucción de todo su arsenal de armas químicas de categoría 3 (3563 bombas de aviación vacías), en presencia de los grupos de inspección de la OPAQ.5

 

Las armas químicas de la categoría 1

Con respecto a las armas químicas de categoría 1 Libia ha declarado 26,345 toneladas de gas mostaza o iperita, la mayor parte, unas 22,3 tm, almacenada en la instalación de almacenamiento de Ruwagha, en contenedores de transporte, pero 2,45 tm polimerizadas y 1,6 tm cargadas en proyectiles8.

Para la destrucción de la iperita, Libia ha optado por un sistema de hidrólisis y neutralización, y por el empleo en determinados casos de la cámara de detonación estática. Las operaciones para la destrucción de la iperita almacenada en contenedores empezaron en octubre de 2010 pero tuvieron que suspenderse en febrero de 2011 por problemas de funcionamiento9. Además, tras la conclusión de la guerra civil de Libia, el nuevo gobierno declaró una recién descubierta cantidad de municiones cargadas con iperita que no había sido incluida en la declaración original de Libia9. El 26 de enero de 2014 Libia había destruido la iperita cargada en proyectiles y bombas de aviación9.

Tras un breve periodo de mantenimiento de la cámara de detonación estática, el 14 de febrero de 2014 se reanudaron en el complejo de Ruwagha las operaciones para destruir los 2449 kg de iperita polimerizada, almacenada en contenedores de plástico de 20 litros, que no podían eliminarse utilizando el sistema de hidrólisis y neutralización. Estas operaciones concluyeron el 2 de mayo de 2014, momento en que la Secretaría confirmó la destrucción completa de todas las armas químicas de la categoría 1 declaradas por Libia10.

 

Las armas químicas de la categoría 2

Libia ha declarado aproximadamente 1402 tm de armas químicas de la categoría 2, y a fecha de 4 de julio de 2014, había destruido 555,71 toneladas, el 39,64% de sus armas químicas de la categoría 211. Las aproximadamente 231 tm de sulfuro sódico y 299 tm de fluoruro sódico (sustancias no listadas por la OPAQ, pero incluidas en el Grupo Australia) fueron fácilmente destruidas por cementación de las mismas.

Las aproximadamente 846 tm restantes de armas químicas de la categoría 2, antes de ser trasladadas a un puerto libio no identificado a mediados del mes de julio, estaban almacenadas en la instalación de Ruwagha, provincia de Al-Jufra, en tanques con una capacidad de entre 12000 litros y 24000 litros o bidones metálicos de 200 litros. La mayoría de los tanques y bidones estaban corroídos y algunos tenían fugas. Para evitar nuevas fugas como consecuencia de la corrosión, el 11 de abril de 2014 Libia procedió bajo la supervisión del grupo de inspección de la Secretaría, al trasvase del alcohol pinacolílico a bidones nuevos de 200 litros, que posteriormente se almacenaron  en el complejo de Ruwagha.

Para la destrucción del isopropanol (114,103 tm) Libia pensó emplear el mismo método que Siria, diluirlo con agua hasta un nivel convenido, a fin de hacerlo inapropiado para la producción de armas químicas. Estaba previsto que las operaciones relativas a la destrucción del isopropanol tuvieran lugar Ruwagha  en el periodo comprendido entre mayo y julio de 2015.

La eliminación del alcohol pinacolílico (19,257 tm) y del 2-cloroetanol (18,235 tm) también se realizaría en Ruwagha, utilizando un incinerador provisto de un sistema de reducción de la contaminación, equipo adquirido por Libia en 2010-2011, que necesitaría mantenimiento y sustitución de algunos componentes antes de su utilización. Se preveía que la destrucción del alcohol pinacolílico y del 2-cloroetanol tuviese lugar en Ruwagha en el periodo comprendido entre septiembre y diciembre de 2015.

 aisopropílico apinacolílico
Isopropanol Alcohol pinacolílico

El tricloruro de fósforo (aproximadamente 161,975 tm), el cloruro de tionilo (aproximadamente 292,570 tm) y la tributilamina (aproximadamente 240,012 tm) también se transvasarían de sus contenedores originales a otros nuevos, habida cuenta del deterioro de los mismos. Como Libia carece actualmente de capacidad técnica suficiente para manejar estas sustancias químicas, estaba previsto que permaneciesen almacenadas en Ruwagha a la espera de una decisión sobre el método y lugar de destrucción en condiciones más apropiadas.

Así pues, a fecha 1 de junio de 2015 las armas químicas libias de la categoría 2 restantes estarían constituidas por:

Armas químicas categoría 2 Lista Número CAS Cantidad, en tm
Isopropanol Sustancia química no listada 67-63-0 114,103
Alcohol pinacolílico Precursor Lista 3B de la OPAQ 464-07-3 19,257
2-cloroetanol Precursor Grupo Australia 107-07-3 18,235
Tricloruro de fósforo Precursor Lista 3B de la OPAQ 7719-12-2 161,975
Cloruro de tionilo Precursor Lista 3B de la OPAQ 7719-09-7 292,570
Tributilamina Sustancia química no listada 102-82-9 240,012

Total

846,153

En junio de 2015, como parte de la ejecución de la fase 1 del plan conceptual citado, Libia concluyó la destrucción de 114,103 toneladas de isopropanol en el complejo de Ruwagha, mediante la dilución en agua hasta un nivel convenido. Este trabajo se realizó siguiendo las medidas de verificación convenidas con la Secretaría Técnica, que se aplicaron plenamente.

En octubre de 2015, al no mejorar la situación de seguridad en Libia, en particular en la región central del país, la Autoridad Nacional designó una nueva instalación no contigua en la zona de Al Osta Milad, en la periferia del este de Trípoli. La instalación se ha utilizado para eliminar 19,257 toneladas de alcohol pinacolílico. Los trabajos para la eliminación de las 19,257 tm de alcohol pinacolílico concluyeron en enero de 2016, de conformidad con las medidas de verificación revisadas acordadas con la Secretaría.

Sin embargo, el 3 de febrero de 2016, Libia informaba al Director General de que, dada la situación existente en Libia y ante la falta de la tecnología necesaria para eliminar las sustancias químicas restantes, no era realista esperar que la destrucción de esas sustancias químicas pudiera concluir sin una asistencia internacional efectiva, y el 12 de febrero de 2016, Libia enviaba una carta de seguimiento al Director General en la que le pedía que considerara la posibilidad de transportar las sustancias químicas restantes a una instalación de eliminación de residuos fuera del territorio libio.

 

Las armas químicas de la categoría 2 restantes

Destruidos los alcoholes isopropílico y pinacolílico, el 24 de mayo de 2016, Libia informaba a la Secretaría que había transvasado las sustancias químicas de la categoría 2 restantes (2-cloroetanol, tricloruro de fósforo, cloruro de tionilo y tributilamina)  a contenedores ISO, recientemente adquiridos, como parte de los preparativos para su retirada y destrucción. Durante las operaciones de transvase, se observó que varios de los contenedores que estaban dañados o corroídos presentaban fugas y no contenían las cantidades declaradas. Libia ha enmendado su declaración para reflejar las cantidades ajustadas:

Armas químicas categoría 2 restantes Lista Número CAS Cantidad inicial, en tm Cantidad ajustada, en tm
2-cloroetanol Precursor Grupo Australia 107-07-3 18,235 18,045
Tricloruro de fósforo Precursor Lista 3B de la OPAQ 7719-12-2 161,975 138,770
Cloruro de tionilo Precursor Lista 3B de la OPAQ 7719-09-7 292,570 100,833
Tributilamina Sustancia química no listada 102-82-9 240,012 238,665
Total 712,792 496,303

Todas estas cantidades se verificarán durante las operaciones de destrucción. La vigilancia remota de las operaciones de transvase se realizó a través de un sistema de vídeo. La OPAQ colocó nuevos precintos en cada uno de los 23 contenedores homologados ISO.

Dado que las armas químicas de la categoría 2 restantes de Libia se retirarán del territorio libio y se destruirán en una instalación especializada de tratamiento de residuos, de conformidad con la decisión EC-M-52/DEC.1, es posible que las operaciones de destrucción no concluyan en la fecha prevista de diciembre 2016 estipulada en el plan detallado de Libia para la destrucción de las armas químicas restantes tras el plazo final prorrogado del 29 de abril de 2012 (EC-68/NAT.4). Está  previsto que la destrucción concluya en el tiempo más breve posible y al cabo de 15 meses tras su llegada al Estado Parte que acoja la destrucción.

 2cloroetanol  PCl3 cloruro tionilo tributilamina
2-cloroetanol Tricloruro de fósforo Cloruro de tionilo Tributilamina

Armas químicas de la categoría 2 restantes, a destruir fuera de Libia

Según lo previsto, las operaciones del puerto de embarque se llevarían a cabo el 8 de septiembre de 2016 como muy tarde. También está previsto que las operaciones de carga concluyan en un día.

Puesto que aún se desconoce la instalación de destrucción designada, todavía no se han ultimado los detalles técnicos por los que se regirá la destrucción de las armas químicas de la categoría 2 restantes. Sin embargo, se ha previsto que la tributilamina y el 2-cloroetanol, se destruyan por incineración en un horno de alta temperatura, y el tricloruro de fósforo y el cloruro de tionilo con tecnología de neutralización y la posterior eliminación de los residuos generados.

Una vez retiradas las armas químicas de la categoría 2 restantes declaradas de su territorio, Libia dejará de tener posesión, jurisdicción y control de esas armas químicas pero conservará la propiedad de sus armas químicas de la categoría 2 restantes hasta que sean destruidas, dondequiera que se lleve a cabo la destrucción.

Y como ya ha ocurrido, la OPAQ reconoce que «esta decisión se debe al carácter extraordinario de la situación planteada por las armas químicas de la categoría 2 restantes libias y no sienta ningún precedente para el futuro».

 

 

Referencias

  1. http://www.reuters.com/article/2014/09/23/us-libya-chemicalweapons-exclusive-idUSKCN0HI1GR20140923?rpc=401
  2. https://www.opcw.org/fileadmin/OPCW/CWC/CWC_es.pdf
  3. «Destruction of syrian chemical weapons «, EC-M-33/DEC.1, OPCW, https://www.opcw.org/fileadmin/OPCW/EC/M-33/ecm33dec01_e_.pdf
  4. «Destruction of Libya’s remaining chemical weapons», EC-M-52/DEC.1, OPCW, https://www.opcw.org/fileadmin/OPCW/EC/M-52/en/ecm52dec01_e_.pdf
  5. «Initial Inspection in Libya Completed», OPCW, 22 de marzo de 2004, https://www.opcw.org/news/article/initial-inspection-in-libya-completed/
  6. «Libya Submits Initial Chemical Weapons Declaration», OPCW, 5 de marzo de 2004, https://www.opcw.org/news/article/libya-submits-initial-chemical-weapons-declaration/
  7. «Destruction of Chemical Weapons in Libya Commences on 27 February 2004», OPCW, 26 de febrero de 2004, https://www.opcw.org/news/article/destruction-of-chemical-weapons-in-libya-commences-on-27-february-2004/
  8. «Libya Completes Destruction of Its Bulk Sulfur Mustard Stockpile», OPCW, 6 de mayo de 2013, https://www.opcw.org/news/article/libya-completes-destruction-of-its-bulk-sulfur-mustard-stockpile/
  9. «Libya Completes Destruction of Its Category 1 Chemical Weapons»,OPCW, 4 de febrero de 2014, https://www.opcw.org/news/article/libya-completes-destruction-of-its-category-1-chemical-weapons/
  10. «Declaración inaugural del Director General ante la Conferencia de los Estados Partes en su decimonoveno periodo de sesiones», C-19/DG.16, OPCW, https://www.opcw.org/fileadmin/OPCW/CSP/C-19/es/c19dg16_s_.pdf
  11. «The Effort to Destroy Chemical Weapons Continues», Ladislav Středa & Pavel Caban, Vojenské rozhledy 1/2013, https://www.google.es/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=4&ved=0ahUKEwjh97Dcsa3OAhXBWhoKHc0xDj4QFggtMAM&url=http%3A%2F%2Fwww.vojenskerozhledy.cz%2Fcomponent%2Fk2%2Fdownload%2F373_efd8f38dcdb5027495153471c220a128&usg=AFQjCNHc3QTjkPX9P_EB0BZvYjCZhSQVpQ

 

 

La amenaza química del Daesh

La amenaza química del Daesh

René Pita y Juan Domingo

Este artículo de análisis se escribió el 21 de noviembre de 2015. Una versión resumida fue publicada en La Voz de Galicia el 21 de febrero de 2016. El texto completo se publica ahora en cbrn.es.

 

Tras los atentados yihadistas del 13 de noviembre de 2015 en París, ha crecido la preocupación por la posibilidad de que el Daesh pudiera llevar a cabo ataques terroristas con armas químicas. Una situación parecida se produjo después de los atentados de Al Qaeda el 11 de septiembre de 2001 (11-S) en EE.UU. Pocos días después del 11-S, se realizaron varios envíos de sobres postales que contenían esporas de Bacillus anthracis, el agente biológico responsable del carbunco, una enfermedad conocida coloquialmente como ántrax. Estos envíos causaron cinco víctimas mortales, cifra que podría haber sido mayor si las autoridades sanitarias norteamericanas no hubiesen establecido el tratamiento con antibióticos de todas las personas sospechosas de haber estado expuestas a las esporas del microorganismo.

Por la proximidad en el tiempo con los atentados del 11-S, la lógica del momento hizo pensar que también era Al Qaeda la responsable del ataque biológico. Se sospechaba que durante los años que llevaba operando impunemente en territorio afgano, la organización terrorista había adquirido una importante capacidad de empleo de armas de destrucción masiva. Pero una vez finalizadas las operaciones militares en Afganistán no se encontró rastro alguno de esa capacidad, y únicamente se descubrieron tentativas para la puesta en marcha de algunos programas que no pasaron de una fase de planeamiento. Finalmente, en 2008, la investigación oficial sobre los envíos postales concluía que el responsable no fue el terrorismo yihadista sino un miembro del programa de defensa biológica del propio ejército norteamericano.

Tras los atentados en París de 2015, el primer ministro francés, Manuel Valls, alertaba sobre el riesgo de que el Daesh pudiese emplear armas químicas o biológicas. Estas declaraciones fueron entendidas como una amenaza concreta identificada por los servicios de inteligencia franceses. Sin embargo, las declaraciones de Valls se debían a que, pocos días antes, la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) había hecho público un informe según el cual su Misión de Determinación de los Hechos en Siria confirmaba el empleo de iperita –también conocida como gas mostaza– en un ataque atribuido al Daesh en agosto de 2015. Con los ataques de París todavía recientes, la información de la OPAQ hacía verosímil la hipótesis de que el Daesh podía exportar este tipo de tácticas fuera de Siria.

Actualmente el Daesh ocupa territorios en Irak y Siria, si bien existen diferencias con respecto a la situación que tenía Al Qaeda en Afganistán. En primer lugar, el Daesh explota todos los recursos y riquezas de los territorios bajo su dominio. La financiación a través de la venta de petróleo es un claro ejemplo. En segundo lugar, y a diferencia de Afganistán, Irak y Siria tuvieron importantes programas de armas químicas. Por todo ello, cabe la posibilidad de que el Daesh pueda aprovechar las capacidades químicas que caigan en sus manos.

El programa químico iraquí permitió el uso masivo de armas químicas, especialmente iperita y sarín, en la guerra contra Irán en los años ochenta. Las investigaciones de la ONU y del Irak Survey Group –misión de investigación creada en el año 2003 y liderada por EE.UU.– confirmaron que el programa químico iraquí había finalizado a principios de los años noventa. No obstante, a fecha de hoy aún se siguen descubriendo restos de arsenales químicos que fueron abandonados o quedaron sin control.

El programa sirio, al igual que el iraquí, se decantó por la iperita y por los agentes neurotóxicos, como el sarín y el VX. Precisamente fue el sarín el agente químico utilizado el 21 de agosto de 2013 en las afueras de Damasco, que causó cientos de víctimas civiles. La presión de la comunidad internacional hizo que, semanas después, Siria se adhiriese a la Convención para la Prohibición de Armas Químicas (CAQ) y declarase su arsenal químico, que incluía, entre otros, unas 20 toneladas de iperita y 581 toneladas de DF, un precursor inmediato del sarín. Ante una difícil situación de guerra y de manera excepcional, se autorizó su destrucción fuera de Siria y el stock de iperita y DF fue trasladado a un buque norteamericano donde fue neutralizado, en aguas del Mediterráneo, bajo supervisión de la OPAQ.

Aun así, existen dudas de que Siria haya declarado toda su capacidad química. Durante las primeras inspecciones realizadas por la OPAQ en territorio sirio se encontraron discrepancias con las cantidades declaradas de agentes químicos e instalaciones de producción. Asimismo, tal y como ocurrió en Irak, es probable que, debido a la situación de guerra, algunos stocks de armas químicas pudieran haber quedado abandonados y fuera del control del gobierno sirio.

Con este escenario, existen distintas posibilidades que permitirían al Daesh acceder al arma química. La primera y más obvia sería a través de un arsenal abandonado en territorio bajo su control. En el caso de las armas químicas iraquíes, su principal problema sería el grave deterioro de la munición con el paso de los años, que haría peligrosa su manipulación. Además, el agente químico estaría bastante degradado por la acción del tiempo y las condiciones de almacenamiento. Por ejemplo, es frecuente que la munición cargada con iperita encontrada en Irak esté polimerizada, lo que impediría su empleo.

Con respecto a la munición química siria, de más reciente producción, la limitación de uso estaría condicionada por la disponibilidad de vectores de lanzamiento. De nada le serviría al Daesh poseer granadas de mortero o proyectiles de artillería químicos si no dispusiese de los morteros o de los cañones necesarios para su lanzamiento. Por ello, su uso estaría restringido al territorio sirio o sus proximidades, donde la organización terrorista dispone de medios de lanzamiento que pueden adaptarse a esta munición. De hecho, todo apunta a que en los ataques con iperita que tuvieron lugar en Irak y Siria en agosto de 2015, se habría empleado munición de origen sirio. En ambos casos, las escasas consecuencias de los ataques se habrían debido a la poca munición química disponible.

Otra de las posibles opciones sería que el Daesh consiguiese sintetizar sus propios agentes químicos de guerra y cargar las municiones en sus talleres de producción. En este sentido, se conocen los intentos de captar a personal de la Universidad de Mosul con conocimientos de síntesis en química orgánica y de acceder a instalaciones industriales iraquíes con pequeñas cantidades de precursores de iperita. Sin embargo, la producción de armas químicas a gran escala es un proceso complejo que requiere un equipo multidisciplinar de personal con el conocimiento explícito y tácito, es decir, con el know-how adquirido a través de la investigación aplicada. Esto complica a cualquier organización terrorista la opción de la producción propia.

Debido a estas dificultades para acceder a un arma química «clásica», el Daesh ha optado por recurrir a otro tipo de alternativas. Es el caso de los productos químicos industriales tóxicos (TIC) que, aunque son menos tóxicos, resultan de más fácil obtención. Con frecuencia se producen en Irak y Siria atentados con artefactos explosivos improvisados (IED) combinados con bombonas de cloro y otros TIC. A pesar de que estos artefactos causan menos víctimas que los IED convencionales, documentos incautados al Daesh muestran su interés en continuar con su empleo por el importante impacto psicológico que producen. Al mismo tiempo, dejan clara su intención de seguir explorando el acceso a otros agentes químicos más peligrosos.

Por último, es necesario hacer mención a Libia, que también desarrolló un programa de armas químicas. Si bien aquí el Daesh no tiene una presencia tan amplia como en Irak o Siria, sí ha mostrado su interés en afianzarse y expandirse en este país por su posición estratégica en el litoral mediterráneo y a las puertas de Europa. Libia se adhirió a la CAQ en enero de 2004, declarando 25 toneladas de iperita y 1.390 toneladas de precursores. Esta cantidad se incrementó a finales de 2011, tras la caída de Muamar el Gadafi, cuando se descubrieron dos instalaciones no declaradas con cerca de 2 toneladas de iperita cargada en proyectiles de artillería y bombas de aviación. La destrucción de toda la iperita almacenada, verificada por la OPAQ, finalizó a principios de 2014.

Tal y como ocurre en Irak y Siria, también existe la posibilidad de que otros stocks no declarados en Libia, de forma intencionada o no, puedan caer en manos de organizaciones terroristas. Ahora bien, el programa libio tuvo problemas técnicos para estabilizar los agentes químicos que producía, especialmente los agentes neurotóxicos, de los que sólo se tiene constancia del almacenamiento de precursores. Según la doctrina libia de empleo de armas químicas, su producción y carga en municiones se hacía justo antes de su empleo. También la experiencia de la destrucción del armamento químico supervisada por la OPAQ muestra que la iperita de reciente producción se encontraba polimerizada, lo que indicaría problemas de estabilización. El empleo de munición del programa libio estaría, por tanto, limitado por el estado en el que se encontrase.

Al igual que el resto de organizaciones terroristas yihadistas, el Daesh ha mostrado interés por conseguir una capacidad química, consciente del poder que le conferiría. Tras los ataques con iperita en Irak y Siria en agosto de 2015, la organización terrorista ya debe conocer los considerables problemas técnicos y de seguridad que supone transportar y emplear este armamento de forma eficaz. Pero aun siendo conscientes de estas limitaciones y de la escasa probabilidad de éxito, el importante efecto psicológico y mediático que entrañaría incluso el simple intento de atentar con este armamento en Occidente, nos obliga a no despreciar ni minimizar la posibilidad de un escenario de este tipo.